Avenida Corrientes representa a la Ciudad de Buenos Aires, como la que nunca duerme. Eje de la vida nocturna y bohemia de la Ciudad de Buenos Aires. En sus bares y teatros se acuñó el tango, y a lo largo de su historia lo interpretaron en ellos las grandes orquestas y cantores, entre ellos el ídolo popular Carlos Gardel, quien vivió a su vera. Portal Argentina le rinde un homenaje a esta emblemática avenida, que supo despertar pasiones y donde viven escondidas las más insólitas historias tanto sea en los teatros que la componen como en sus veredas y sus locales comerciales.

Avenida Corrientes
Nace en la avenida Eduardo Madero 402, junto a Puerto Madero y se extiende hacia el oeste y posteriormente hacia el nornoroeste, hasta concluir en la avenida Federico Lacroze al 4200, en el barrio de Chacarita. La circulación vehicular, salvo en sus tres últimas cuadras en que es de doble sentido, es de oeste a este.

Su nombre
Su nombre actual le fue dado oficialmente en 1822 en homenaje a la ciudad argentina de Corrientes en reconocimiento a su fervor por la causa de la Revolución de Mayo. Fue calle angosta hasta que en 1931 comenzó su ensanche, concluido en 1936.

El primer tramo en la actualidad
Su primer tramo transcurre en una zona mayoritariamente financiera, hasta que al cruzar la peatonal calle Florida se transforma en un polo de diversión que tanto los porteños como turistas recorren a toda hora entreteniéndose con sus espectáculos artísticos, culturales, librerías abiertas hasta altas horas de la noche, confiterías, y pizzerías.

Zona cultural
Por todo esto el periodista Roberto Gil popularizaría en los 50 la frase “la calle que nunca duerme” al referirse a ella. Sus desaparecidos teatros Politeama Argentino, Apolo, Odeón y el viejo Ópera, fueron escenario de los más altos exponentes de la lírica mundial.

Comercios y el Abasto
Exactamente 11 cuadras más adelante, al cruzarse con la Avenida Callao, se transforma en una avenida netamente comercial, con negocios de todo tipo, hasta llegar al tanguero barrio del Abasto, otro foco de turismo y diversión.

Final de la Avenida
Tras recorrer los diferentes barrios con sus características propias, finaliza en el cementerio más grande de Buenos Aires, el de la Chacarita.
Con sus 95 hectáreas alberga entre otros a grandes figuras de la epolítica, el deporte, del espectáculo y la cultura argentina como: Alfonsina Storni, Roberto Arlt, Oscar “Ringo” Bonavena, Enrique Cadícamo y Carlos Gardel entre otros.

Longitud total
En sus 8,6 kilómetros la numeración varía desde el 1 al 6.900, y entre sus 70 cruces se cuenta el que tiene con la Avenida 9 de Julio, donde se alza el ícono porteño por excelencia, el Obelisco.

Medios de transporte
Por un sector de ella circuló el primer ferrocarril argentino, así como el tren y el tranvía “de la muerte”. Denominados tan cruelmente durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871. En la actualidad es acompañada por debajo de toda su trayectoria por la línea B de subterráneos.

Para todos los gustos
Diversos estilos arquitectónicos pueden hallarse en ella, desde el frío academicismo hasta el entretenido art nouveau, del neogótico moderno.
Podemos pasar por el francés borbónico al rascacielo moderno de vidrio u hormigón.

La cultura siempre presente
La Asociación Amigos de la Calle Corrientes colabora con la planificación urbanística de la avenida. Responsable de la colocación, en 40 de sus esquinas, de placas recordatorias de las ilustres figuras de la cultura. Como así también de personajes reconocidos del espectáculo que supieron quedar en los corazones de todos los argentinos.
La avenida Corrientes es un paso obligado por cada turista que recorre la Ciudad de Buenos Aires. El increíble abanico de matices que tiene para disfrutar incluye a toda la familia. Miles de visitantes aprovechan las vacaciones de invierno, para disfrutar de la cartelera de espectáculos y entretenimientos.