Cada sábados se lleva a cabo, desde hace 200 años, la tradicional Feria de Simoca. Una cita obligada para viajeros curiosos y lugareños, pues convoca a cientos de expositores que ofrecen todo tipo de productos bajo la sombra de sus tradicionales ranchos de madera, paja y cañizo.
Para llegar a Simoca, en el sur tucumano, se deben recorrer los 60 km. que la separan de San Miguel de Tucumán por la ruta nacional 157.
Simoca, es cuna de historia y tradición, pero además es capital nacional del Sulky y sede de la Fiesta Nacional de la Feria.
Simoca, un poco de historia:
Quizás desde 1600 en adelante, la plaza del pueblo aloja la vida gaucha, el comercio y las fiestas pueblerinas que se mantienen vigentes hasta el día de hoy.
En la Plaza de carretas se realizaba el trueque de mercancías provenientes de todos los rincones de la provincia y la región, también era epicentro de procesiones religiosas y hasta carreras cuadreras.
Cada semana el aire se carga de aromas, sabores y sonidos y los visitantes pueden conseguir artículos para las faenas agropecuarias y la vida rural. Aperos, monturas, ponchos, botas, artículos de talabartería, así como herramientas, utensilios rústicos de cocina, adornos. Pero, claro, también, es posible que nos encontremos con: fundas de celulares, películas en DVD, pelotas o juguetes de plástico son parte del paisaje.
Para los que además buscan toparse con el arte culinario local la oferta propone: empanadas, locro, parrillada, tamales, dulces regionales y uno de los platos más deliciosos que ofrece la provincia: El Pastel de Novios, una preparación agridulce propia de esta zona del país.
Pero esto no es todo, no hay que perderse las actuaciones folklóricas de los artistas locales que deslumbran con su música y baile.