Andar en bicicleta, en estos tiempos tan particulares, inéditos y de extremo cuidado post salida de la emergencia sanitaria, ¡qué mejor opción para despejarse, hacer gimnasia y divertirse de manera segura que la de trasladarse en bici!
A continuación, te ofrecemos un ranking con los mejores sitios para dar rienda suelta a un paseo inolvidable sobre dos ruedas.
Lo mejor que ofrece la city porteña
El crecimiento de las bicisendas es imparable en CABA, que ya cuenta con una red de ciclovías que tiene una extensión de poco más de 260 kilómetros y que sigue creciendo de manera sostenida. De hecho, se están construyendo dos nuevas de una sola mano (toda una novedad, ya que hasta ahora todas son de doble carril) que recorren la Avenida Córdoba y la Avenida Corrientes. Y aunque no tengas tu propia bicicleta, podés usar las que ofrece el Gobierno de la Ciudad en sus estaciones de bicicletas.
Además de las bicisendas, hay otros circuitos para pasear: el Parque Manuel Belgrano (ex KDT), en donde históricamente entrenan los ciclistas profesionales, pero también los entusiastas y amateurs. Cuenta con un
con subidas y bajadas, con un total de 1200 metros, en su sede de la calle Salguero 3450.
Si lo que buscás es un lugar más “natural”, son muy recomendables la Reserva Costanera Sur, que ofrece una vista espectacular de Puerto Madero, tiene un completo centro de información, baños y cámaras de control policial; el Paseo de la Costa en la Zona Norte, que se puede transitar desde la Avenida Del Libertador y bajar por cualquier calle que lleve al río; y el Parque Sarmiento, que tiene entrada por Ricardo Balbín 4750, en el barrio de Saavedra.
Y en el Interior, estas rutas increíbles de cicloturismo
Una invitación abierta a todo tipo de ciclistas, desde los principiantes, los que sólo quieren hacer un paseo corto, los que gustan de entrenar y hasta los más avezados, profesionales o que suelen competir en carreras.
Dependiendo del terreno, se aconseja usar bicicletas de gravel, bicicletas de touring, bicicletas de montaña (o Mountain Bikes, como se definen en inglés) o bicicletas de ruta.
Recorriendo los alrededores de Bariloche

Antes de animarse a andar por esta bella región patagónica, ¡atención! Hay que evitar el invierno, porque el frío, la nieve y el hielo son dificultades y peligros para utilizar transporte de tracción a sangre. El resto de las tres estaciones del año es ideal para deleitarse con los magníficos paisajes de la Ruta de los Siete Lagos. Para los más osados, unir San Martín de los Andes con el Cruce Andino es una increíble propuesta de unos 230 kilómetros, en los que se atraviesan exigentes ascensos y descensos por el bosque andino patagónico y el Parque Nacional Lanín, en la provincia de Neuquén.
Andar en bicicleta pasando por los viñedos en Cachi
Los Valles Calchaquíes invitan al ciclista a adentrarse por la ruta del vino en esta región incomparable de Salta. Una opción ideal es salir desde Cachi y emprender hacia Cafayate. En este camino con aroma al mejor vino se pasa por Colomé, Molinos y San Carlos, para seguir tiñendo de colorado las ruedas de la bici mientras nuestra vista se pierde en la exquisita arquitectura colonial y nuestro olfato nos alerta de unas deliciosas humitas para reponer energías y poder seguir pedaleando hasta Salta capital por la ruta 68.
Subiendo y bajando por las sierras de San Luis y Córdoba Experiencia recomendada al 100 por ciento para los amantes del cicloturismo y del ciclismo de montaña. Intercalando caminos de asfalto, tierra y estrechos senderos montañosos, esta ruta propone desafiantes ascensos y descensos mientras se atraviesan las sierras de los Comechingones, desde Merlo, San Luis, pasando por Cerro Áspero, en dirección al Champaqui, Yacanto de Calamuchita y La Cumbrecita, finalizando el recorrido en Villa General Belgrano.
Obviamente estos son algunos pocos de los cientos de circuitos que tiene nuestro país para andar en bicicleta. Todas las provincias ofrecen propuestas imperdibles. Y no solamente rutas de ensueño enmarcados
por paisajes de película o senderos en plena sierra.
También se puede pedalear en cada uno de los pueblitos que se multiplican al costado del camino. Recorrer esas callecitas, pasajes y vivir de cerca las costumbres locales de cada lugar es un plan que cierra por todos lados: es saludable, económico, ecológico, seguro a nivel sanitario porque cumple con el “distanciamiento social” y nos genera esa adrenalina indescriptible mientras nuestras piernas mueven los pedales. ¡A subirse a la bici y a disfrutar!