Más de seiscientos Fiat 600, de diferentes años y colores, partieron desde el autódromo de la ciudad de Buenos Aires con destino a la localidad que vio nacer a todas las unidades: Caseros, en el partido de 3 de Febrero, donde hoy se encuentra el recientemente inaugurado: Museo del Fitito.
Fiat, la marca del grupo Stellantis, acompañó el pasado 5 de noviembre, la apertura al público del Museo del Fitito, un espacio que conmemora a un ícono del automovilismo que ha conquistado a más de 297.000 familias que tuvieron uno a lo largo de toda su historia.
En el museo pueden verse imágenes de la planta industrial, cartas, documentos y distintas versiones del vehículo que movilizó a más de una generación de argentinos.
Martin Zuppi, presidente de Fiat en la Argentina, dijo: “Quiero agradecer el trabajo y dedicación de todos los amantes del Fiat 600 que hoy no sólo representa un hito en la industria automotriz argentina, sino que también dejó una huella imborrable con la creación de este museo que preservará su legado”.
Fitito: Un auto con legado:
El Museo del Fitito abre sus puertas de miércoles a domingo, de 10 a 16 Hs.
El cupo de visita es limitado, se aceptan unas 20 personas por visita guiada, la cual tiene una duración de unos 45 minutos aproximadamente.
El museo del Fiat 600 argentino no tendrá exposición permanentes de autos como muchos se imaginan, sino que la muestra irá cambiando exhibiendo diferentes unidades que deslumbren a los visitantes por su estado de conservación original, su preparación o su valor histórico. Allí, además de fotografías, publicidad de época, documentos únicos y autopartes así como con un simulador que te lleva a bordo de “la bolita” por diferentes lugares.
¿Dónde queda el Museo del Fitito?
En las calles Juan Bautista Alberdi & José Murías, Caseros, Provincia de Buenos Aires.
La historia del Fitito en Argentina

- En 1959, cuando se estableció el régimen de promoción para la industria automotriz, Fiat tenía una sólida presencia en la producción y comercialización en Argentina.
- Desde mediados de la década de 1950, la empresa italiana había comenzado su producción en el país con tres instalaciones en Ferreyra, provincia de Córdoba. Estas instalaciones se enfocaron en la fabricación de maquinaria agrícola, motores diésel y material ferroviario, lo que estableció una base sólida para su incursión en la producción de automóviles.
- En ese mismo año, Fiat presentó un ambicioso plan a las autoridades nacionales para la producción de automóviles, con el icónico Fiat 600 como protagonista. Según este plan, proyectaba la producción de 2,900 unidades del Fiat 600 en 1960, con un aumento gradual hasta alcanzar las 7,500 unidades en 1964.
- Se planeaba aumentar la proporción de componentes fabricados localmente del 55% en 1960 al 90% en 1964. Para lograr estos objetivos, Fiat estableció una nueva planta en Caseros, provincia de Buenos Aires, destinada al montaje, chapistería y acabado de los automóviles.
- El 8 de abril de 1960 marcó un hito cuando el primer Fiat 600 de producción nacional, de color gris claro, salió de la línea de ensamblaje, inaugurando una larga historia industrial que duraría más de dos décadas.
El Fiat 600 tenía un prestigio internacional indiscutible. Fue presentado por primera vez el 10 de marzo de 1955 en el Salón del Automóvil de Ginebra, con el objetivo de reemplazar al exitoso “Topolino”. Diseñado por el ingeniero Dante Giacosa, el Fiat 600 fue el primer vehículo de Fiat con carrocería autoportante. Estaba equipado con un motor de cuatro cilindros y 633 cc, refrigerado por agua, que entregaba 22 hp de potencia y se acoplaba a una caja de cambios de cuatro velocidades.
La disposición trasera del motor y la transmisión permitieron crear un habitáculo que podía alojar a cuatro adultos en un espacio de solo 3.30 metros. El vehículo contaba con una suspensión independiente en las cuatro ruedas y frenos hidráulicos de tambor. A pesar de su tamaño compacto, el Fiat 600 ofrecía comodidades como calefacción y desempañador.
El Fiat 600 se convirtió rápidamente en un símbolo de la recuperación económica de la posguerra en Italia. Su precio asequible lo hizo accesible para muchas familias que por primera vez pudieron cumplir el sueño de tener su propio automóvil. La demanda fue tan alta que en tan solo seis años se superó la marca del millón de unidades producidas. En ese momento, la fábrica de Turín producía más de 1,000 vehículos al día para satisfacer la creciente demanda.